Cada 23 de septiembre, el mundo celebra el Día Internacional de la Bisexualidad, una fecha que no solo reconoce a millones de personas que aman sin etiquetas rígidas, sino que también reivindica su derecho a ser vistas, escuchadas y respetadas. Porque sí: seguimos necesitando hablar de bisexualidad.

Durante décadas, la bisexualidad ha sido ignorada, malinterpretada o invisibilizada, incluso dentro de los propios movimientos LGTBQ+. Demasiadas veces se la ha tratado como una “fase”, una “confusión” o una “etapa de transición” hacia la homosexualidad. Pero la bisexualidad no es un paso intermedio: es una identidad completa, válida y hermosa en sí misma.

Ser bisexual no significa estar indeciso ni querer “tenerlo todo”. Significa simplemente reconocer la capacidad de sentir atracción hacia más de un género, y vivir esa realidad de forma honesta. Lo que la sociedad necesita entender es que la bisexualidad no se mide por con quién estamos en pareja, sino por quiénes somos. Una persona bisexual que mantiene una relación heterosexual no deja de ser bisexual. Una persona bisexual en una relación homosexual tampoco. La orientación no desaparece con la pareja, ni con el tiempo, ni con la mirada ajena.

A pesar de los avances, las personas bisexuales continúan enfrentando una doble invisibilidad: son cuestionadas por fuera y por dentro del propio colectivo. Esa invisibilidad duele, pero también une. De ahí que este día sea tan importante: porque visibilizar es también sanar.

Hoy, más que nunca, es momento de celebrar la pluralidad del deseo, de romper los estereotipos y de construir espacios donde la bisexualidad no se defienda, sino que se viva con orgullo. Porque cada historia bi es una prueba de que el amor y la atracción no caben en los moldes binarios que nos enseñaron.

Reivindicar la bisexualidad es reivindicar la libertad. La libertad de amar sin pedir permiso, de existir sin dar explicaciones, de ser sin miedo. Y eso, en un mundo que aún insiste en ponernos etiquetas, es un acto profundamente revolucionario.

Así que hoy, en este Día Internacional de la Bisexualidad, alzamos la voz por todas las personas bisexuales que siguen buscando un espejo donde reconocerse.

Porque la bisexualidad no necesita ser explicada. Solo necesita ser respetada, celebrada y vivida con orgullo.