La diversidad sexual en Nicaragua presenta grandes desafíos en cuanto a derechos humanos, protección legal y aceptación social.​

Avances legales

  • Despenalización de la homosexualidad: Desde marzo de 2008, las relaciones sexuales consensuadas entre personas del mismo sexo son legales en Nicaragua, tras la adopción de un nuevo Código Penal. (Fuente: Equaldex)
  • Prohibición de la discriminación: La discriminación basada en la orientación sexual está prohibida en ciertos ámbitos, como el empleo y el acceso a servicios de salud.

Ley Nº 238, de Promoción, Protección y Defensa de los Derechos Humanos ante el SIDA

  • Reconocimiento en delitos de odio: La orientación sexual es reconocida como una circunstancia agravante en la comisión de delitos de odio (Fuente: Outright International).​

Limitaciones y desafíos

  • Falta de reconocimiento legal de uniones del mismo sexo: Nicaragua no reconoce el matrimonio ni las uniones civiles entre personas del mismo sexo .​
  • Ausencia de legislación sobre identidad de género: No existe una Ley de Identidad de Género, lo que deja desprotegidas a las personas trans frente a la discriminación y la violencia. ​Artículo 66
  • Violencia y discriminación persistentes: En 2024, se registraron al menos 108 casos de violencia contra personas LGBTIQ+, incluidas 8 muertes violentas. (Fuente: ​SWI swissinfo.ch)
  • Restricciones a la organización comunitaria: Bajo el gobierno de Daniel Ortega, se han criminalizado actividades de organización de movimientos LGBTIQ+ y de derechos humanos. (Fuente: ​LGBTQ+ Victory Institute)

Iniciativas y acciones recientes

  • Cartilla educativa «Diversidad Digna»: En 2023, el gobierno publicó una cartilla titulada «Diversidad Digna: El derecho a elegir y el deber de respetar», dirigida a las familias con el objetivo de reducir la discriminación en el entorno familiar. (Fuente: Prensa Latina)
  • Congresos y espacios de diálogo: Se han promovido congresos nacionales para fomentar la interacción y discusión entre personas con orientación sexual diversa, abordando temas como la protección contra la violencia y la no discriminación. (Fuente: ​Organización Panamericana de la Salud)

Contexto social

Aunque Nicaragua ha sido considerada como uno de los países más tolerantes de Centroamérica en cuanto a diversidad sexual, la aceptación social varía significativamente entre áreas urbanas y rurales. En ciudades como Managua y Granada, la comunidad LGBTIQ+ encuentra mayor aceptación, mientras que en zonas rurales persisten actitudes conservadoras y discriminatorias. (Fuente: PDDH– La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH)).  

En resumen, Nicaragua ha logrado ciertos avances legales en materia de derechos LGBTIQ+, pero enfrenta desafíos importantes en la implementación efectiva de estas leyes, la protección contra la violencia y la promoción de una aceptación social más amplia.

Mujeres Trans: las más discriminadas y agredidas

Las mujeres trans son la colectividad LGBTI más vulnerable y la que vive mayores situaciones de discriminación y violencia al asumirse como mujeres.

Las mujeres trans son las que menos acceso tienen a la educación: apenas el 10% ha alcanzado estudios técnicos o universitarios (en la población LGBTI general este porcentaje es del 36%). Viven más discriminaciones en los centros educativos (con el argumento de protegerlas sólo se les permite acudir a clase de noche o los sábados), sufren acoso y agresiones, y desertan con doble frecuencia que el resto de personas LGBTI. Enfrentan la discriminación de sus profesores que no les permiten llevar faldas o vestidos, o tener el pelo largo. “Terminar la secundaria siendo una mujer trans que se viste como siente y quiere, es una hazaña”.

Aunque desde 2016 el personal de salud cuenta con un Manual de atención específica a mujeres trans, elaborado por la Asociación Nicaragüense de Transgéneras-ANIT, la mayor parte de los y las profesionales de la salud siguen pensando que la identidad trans es un trastorno psicológico. Por otro lado, en 2014 la incidencia del SIDA en este colectivo era del 18% (9,7% en los hombres gays).

Especialmente discriminadas en el acceso al trabajo y en los centros laborales, obtienen menos ingresos que el resto. Dado que la ley no les permite cambiar sus documentos para reflejar su identidad de género, cuando solicitan un trabajo deben presentar sus cédulas con el sexo y el nombre asignado al nacer, y una foto que en muchos casos no se corresponde con su expresión actual. Por estas razones, el trabajo sexual es la opción habitual para mujeres trans, lo que les acarrea más problemas, como el VIH, drogas y violencia. Así, mientras 8 de cada 10 reportan haber sufrido violencia, 1 de cada 3 reportan haber sido obligadas a mantener relaciones sexuales (una proporción doble a la del resto de población LGBTI).

También los porcentajes de personas detenidas, acusadas y enjuiciadas es el doble entre las mujeres trans que en el resto de personas LGBTI: 1 de cada 3 ha sido detenida alguna vez, 1 de cada 6 ha sido acusada, 1 de cada 18 ha sido enjuiciada y 1 de cada 14 fue abusada sexualmente en las cárceles o estaciones de policía (1 de cada 43 en el resto). También son las más acosadas por representantes religiosos.

Por su parte, los hombres trans son el colectivo más invisibilizado de la comunidad LGBTI. No existen estudios sobre ellos, algunos participan en colectivos lésbicos -ARTEMISA y ADESNI- y sólo se conoce la existencia virtual de una red de hombres trans denominada TRANSMEN NICARAGUA.